La figura del politólogo
En primer lugar, habría que afirmar que ser politólogo no significa ser político. El politólogo estudia las acciones de los políticos, al fin y al cabo, es aquella persona que estudia la política. Su misión consiste en observar la sociedad y los hechos políticos para mejorar la realidad. No obstante, teniendo en cuenta, que todo lo que nos rodea es política, el campo de acción del politólogo se amplía enormemente.
De esta forma, para poder entender la realidad y mejorarla, el politólogo deberá formarse en el ámbito social, jurídico, económico y administrativo, lo que implica estudiar durante su carrera materias como Derecho, Sociología, Economía y Administración Pública, confiriendo al politólogo una visión global y crítica del entorno.
Dicha visión global, sitúa al politólogo dentro de la empresa privada en una posición de comprensión de lo complejo. El politólogo está habituado a detectar necesidades, a planificar objetivos, a plantear estrategias y a diseñar y gestionar proyectos y equipos.
Esas mismas capacidades, añadidas a un conocimiento experto del funcionamiento de la Administración Pública y del sistema político le convierten en una figura clave dentro de organismos e instituciones de servicio público.
Perfil del politólogo/a
- Dotes de observación.
- Negociación y resolución de problemas.
- Capacidad de análisis, de síntesis, de relación y de auto-evaluación.
- Espíritu crítico e imaginativo. Curiosidad e interés por lo que nos rodea.
- Capacidad de adaptación, polivalencia, trabajo en equipo, tolerancia y sociabilidad.